martes, 19 de septiembre de 2017

TERCERA PARTE: EL ENSAYO (IV)


En un santiamén, se había acabado la actuación. El niño estaba llorando. A ella no le había gustado. A mí tampoco, pero aun así, por suerte dijo que ya probaríamos de mejorarlo otro día. Es cierto que el ensayo no salió todo lo bien que yo esperaba. Tampoco representé bien el papel que me correspondía, ni obtuve todo el placer que deseaba. No me supe comportar adecuadamente como persona dominante o amo de la sumisa. Quizá yo había mezclado todos los personajes y me perdí del camino a seguir.
A pesar de esto, había visto a mi mujer más atractiva que nunca. Extrañamente su cuerpo me pareció nuevo y más atractivo, como si fuera otro más deseable y que en aquel momento había sido completamente para mí.
Lo cierto es que aún había bastantes cosas por corregir en las bases y me puse al trabajo con gran dedicación. Obviamente esta torpeza debía ser penalizada de alguna manera.